VILLA ELISA - INFORMANDO AL CIUDADANO II - 28-8-2008
“INFORMANDO AL CIUDADANO II“
Desde el Proyecto “Defendamos la vida sembrando conciencia” hemos mencionado numerosos trabajos que enfatizan la estrecha relación entre la contaminación producida por el uso indebido de plaguicidas y ciertos trastornos en la salud.
En la publicación anterior hablamos del libro “Primavera Silenciosa” de Rachel Carson y en esta oportunidad hacemos referencia a “Nuestro futuro robado” de Colborn, Dumanosky y Myers.
Basándose en décadas de investigación, los autores presentan un informe que sigue la pista de defectos congénitos, anomalías sexuales, fallas de reproducción, trastornos neurológicos y más, debido a sustancias químicas que suplantan a las hormonas naturales trastornando los procesos de reproducción y desarrollo.
Los autores de “Nuestro futuro robado” relacionan estos problemas con los disruptores endocrinos (DE)
Los DE producen una alteración hormonal que puede tener implicancias neurológicas y /o reproductivas ya que las hormonas intervienen en el control de la reproducción, la coordinación de órganos, la organización del cerebro y el metabolismo, entre otras.
Sustancias químicas que actúan como DE son algunos plaguicidas, sean éstos herbicidas, fungicidas o insecticidas que tienen las características de contaminantes orgánicos persistentes (COPs), otras sustancias químicas industriales y algunos metales pesados.
La mayoría de nosotros portamos en nuestro cuerpo, varios centenares de sustancias químicas persistentes, entre ellas muchas han sido identificadas como disruptores endocrinos. Las sustancias químicas disruptoras endocrinas pueden actuar juntas, en cantidades pequeñas y aparentemente inocuas pero con un importante efecto acumulativo.
Efectos en los seres humanos:
El signo más espectacular es el estudio realizado por un equipo danés y publicado por el British Medical Journal (1992), el cual señala que la cantidad y movilidad de los espermatozoides de los varones había caído en un 45 % en el último medio siglo. De no revertirse esta situación dentro de 50 años podrían ser incapaces de reproducirse de manera natural teniendo que depender de las técnicas de inseminación artificial o de la fecundación in vitro.
Recuperar nuestro futuro robado:
Anualmente se incrementa en millones los litros de sustancias sintéticas vertidas al ambiente. El organismo no tiene la capacidad de eliminarlas y se acumulan en el mismo hasta alcanzar un nivel que producen daños irreversibles. Todo indica que el uso de estos productos va a seguir multiplicándose. La resistencia de las propias plagas es tan natural como la evolución, de modo que la cantidad usada en una temporada para combatirlas, deberá aumentarse en la próxima para conseguir los mismos resultados y así sucesivamente…
Salud seriamente dañada, medioambiente deteriorado y economía destruida es la trilogía que dejaremos como herencia a las futuras generaciones, a menos que comencemos a trabajar para revertir esta suerte de libre albedrío que se da con el uso poco inteligente de estos venenos llamados plaguicidas. A ello se suma la poca o nula difusión acerca del peligro que conllevan, la escasa o nula presencia del Estado como ente regulador, la no vigencia de las normas que regulan el uso de los mismos y la resignación de los afectados.
“Nuestro futuro robado” puntualiza que el sistema actual da por supuesto que las sustancias químicas son inocentes hasta que se demuestre lo contrario.
Un gran desafío: poner en vigencia el Principio de Precaución que estipula que cuando haya peligro de daño grave o irreversible, la ausencia de información o certeza científica no deberá utilizarse como razón para postergar la adopción de medidas eficaces para proteger la salud del Hombre y la del medio ambiente.
Otro gran desafío: defendernos de este riesgo accionando en varios frentes. ¿Cómo? Requerir mayor investigación científica, rediseño de las sustancias químicas, de los procesos de producción, nuevas políticas gubernamentales (o cumplimiento de las normas existentes). Cada uno trabajando desde sus posibilidades para asegurarle a las generaciones venideras, suelos productivos, agua libre de contaminantes, aire puro y soberanía alimentaria.
La educación y la salud ambiental son los pilares del Desarrollo Sustentable, que aún sigue siendo sólo una aspiración...
Proyecto Defendamos la vida
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