Adolfo Santos Barbieri - 06-03-2012
8 de marzo, Día Internacional de la Mujer
Mujeres de Villa Elisa
Ordenando papeles, me encontré con un mapita de Villa Elisa que el año pasado me dieron en un comercio cuando estuvimos disfrutando de unos lindos días con mi esposa, mis dos hijas y sus respectivas familias.
Para quien es elisense de otros tiempos, como yo, ese mapa llama la atención. En primer lugar, por la extensión de la ciudad, después, porque ahora todas las calles tienen nombre. Antes, exceptuando las avenidas Urquiza y Mitre, las referencias eran otras: “enfrente a lo Portenier”, “al lado de lo Menduiño”, “pasando el taller de los Küttel”, “pegado a la Telefónica”, “a la vuelta de lo Zalazar…”. Así, todo el mundo llegaba fácilmente.
Hoy, es evidente que la nueva dimensión que tomó la Villa exige que cada calle sea reconocida por un nombre, sobre todo teniendo en cuenta la gran afluencia de “forasteros” que frecuentan la ciudad. Como buen curioso, me quedé un buen rato escudriñando cada calle y cada nombre. Aunque para mi gusto hay demasiados “generales” para un pago tan pacífico como el nuestro, me encontré con homenajes a algunos hombres de la Independencia, a nuestros próceres regionales, como el Supremo Entrerriano y hasta con personalidades del pueblo que ya se fueron , una demostración de cómo el tiempo va construyendo nuestra propia historia.
Pero lo que realmente me llamó la atención entre las alrededor de 40 calles que cruzan toda la ciudad, así como sus plazas y hasta las instituciones públicas, es la ausencia casi absoluta de homenaje a las mujeres. Para no ser injusto, colocando la lupa, descubrí que una cortadita (con entrada por calle Estrada, pero sin salida) allá cerca del Hospital San Roque, se llama Isabel Tournour, justamente, “cerquita de donde vivían los Tournour”, como diría un elisense. Una omisión llamativa para una ciudad con nombre de mujer. Porque no es que falten nombres de grandes mujeres para homenajear. Y no estoy hablando de Clara Zetkin, Juana Azurduy, Doña Paula Albarracín o Marie Curie. Estoy pensando en las grandes mujeres que dio nuestro pueblo.
Para ser grande no es necesario ganar guerras, ser una científica famosa, ser la miss de algún concurso u ocupar un cargo en determinado gobierno. Para mí, la grandeza de una persona está determinada por la forma en que se brinda en favor de su comunidad. En ese sentido, si hacemos un ejercicio de memoria, las primeras figuras elisenses de importancia que aparecerán en nuestros recuerdos serán de mujeres. Fuera de nuestras madres, que para cada uno de nosotros es la gran heroína de nuestra historia personal y a la que ciertamente querríamos brindar todos los homenajes, quería compartir con los lectores sobre la importancia y la grandeza de algunas mujeres de Villa Elisa a las cuales creo que todavía no le hemos brindado el reconocimiento que se merecen.
Voy a comenzar por los inicios. O mejor dicho, por el inicio de la vida de muchos elisenses: Doña América Díaz. Fue la gran partera de Villa Elisa. En el cuenco de sus manos centenas y centenas de hijos de este pueblo, tuvimos el primer abrigo. A mi vieja casa, vino por lo menos cuatro veces para ayudar a mi madre en sus cuatro primeros partos. Doña América, de una época de escasos recursos médico-científicos en nuestra región, era una verdadera maternidad ambulante que, de casa en casa, llenó de vidas, llantos y alegrías a este pueblo. Por eso, para mí, Doña América es grande y merece nuestro reconocimiento.
Si el nacimiento es importante, qué decir de la educación. Puedo ser un poco parcial, ya que soy maestro, hijo de maestra, hermano de maestro/as, entonces eso debe influir en mis sentimientos, pero, ¿quién puede negar la inmensa deuda que tenemos con nuestras maestras? Seguro que Villa Elisa continua siendo una cantera de educadores de alta calidad, pero quiero recordar a un grupo de docentes por las que guardo la más grande admiración y respeto, sin ignorar que esta lista será demasiado pequeña por lo que quedará afuera un batallón de mujeres que fueron fundamentales en nuestras vidas.
Comienzo por Doña Estela Sigot de Meyer. Maestra, Directora de la Escuela N° 20 Bernardo Monteagudo y alma mater del grupo fundacional del Colegio Nacional de Villa Elisa. Sin dudas, es una de las grandes a quien varias generaciones de elisenses le debemos una importante parte de nuestra formación. De la misma forma que al resto de las maestras de la Escuela 20. Ellas también fueron de las grandes mujeres de Villa Elisa. Doña Angélica B. de Monfort, Yolanda B. de Küttel e Isabel Pérez de Küttel, sólo para nombrar algunas de las que tuve el privilegio de ser alumno, fueron fundamentales para la educación de nuestro pueblo. Si hoy podemos tener orgullo de nuestra gente, en gran parte se lo debemos a esas educadoras.
¿Y Mulata? Me sugirió una persona a quien siempre consulto sobre estas cosas. Cuando en Villa Elisa no existían Jardines de Infantes, María Teresa Cláa, Mulata, sin tener una formación académica ni pedagógica, en una salita cedida por la parroquia, construyó uno de los refugios más cálidos para niños en edad pre-escolar. Fundamentos de sobra para recordarla siempre.
Desconozco si hay registros públicos de estas mujeres, que cuenten los rasgos más destacados de sus vidas, de su formación, de la época en que vivieron. Es necesario rescatar esa memoria para impedir que se corte el hilo de nuestra historia. Hay muchas personas de nuestro pueblo que testimoniaron la grandeza de estas mujeres, así como la de otras, seguro, del campo religioso, cultural, artístico o humano, que no están nombradas en esta escueta nota y que deberemos agregar. Todos pueden ayudar en esta tarea necesaria para construir nuestra identidad.
Entre esos testigos hay una de tremenda importancia a quien incluyo entre las grandes mujeres: Doña Nélida Lombardini de Jáuregui, mi maestra de quinto grado. Tenemos la suerte de continuar contando con su gran lucidez y conocimiento. Puede ayudar para que órganos públicos, organizaciones culturales como La Fragua, el museo La Estancia y los medios de comunicación del pueblo rescaten las mujeres destacadas de Villa Elisa. A nuestra manera, iremos construyendo nuestros héroes, la mayoría, aunque no figuren en el mapa, tienen nombre de mujer. Es necesario que las nuevas generaciones las conozcan.
Adolfo Santos Barbieri